Las termas de España milenarias que hay que visitar: beneficiosas para la salud y perfectas para desconectar.
Un lugar único, declarado Patrimonio de la Humanidad, en el que termas romanas de más de dos mil años de antigüedad conviven en armonía con galerías de duchas y bañeras de mármol del siglo XIX y con las más modernas técnicas hidrotermales. Así se preserva su esencia, renovándose sin perder sus raíces. Así se presenta la página oficial de este lugar que hay que vistar para escapar del estrés.

Las termas de Alange tienen su origen en construcciones romanas del siglo III d.C., como lo atestigua un ara votiva dedicada a Juno por Licinio Sereniano. Del balneario romano original se conservan dos termas circulares con cúpula, hoy Patrimonio de la Humanidad. Se cree que el complejo original incluía también piscinas calientes y baños de vapor, conformando un importante establecimiento termal cerca de Emérita Augusta.
Alange: donde la historia romana se funde con el bienestar
En el corazón de Extremadura, abrazada por suaves colinas y acariciada por las aguas del embalse que lleva su nombre, se esconde el tesoro milenario de las termas de Alange. Este lugar único, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO dentro del Conjunto Arqueológico de Mérida, no es solo un monumento a la ingeniería romana del siglo III, sino un santuario de salud y bienestar que continúa atrayendo a visitantes de todo el mundo. Su excepcional estado de conservación permite viajar en el tiempo, imaginando la vida en este balneario que también albergaba una pequeña necrópolis y vestigios de antiguas casas de huéspedes.

El complejo termal original, parcialmente preservado, evoca una atmósfera de recogimiento casi místico. Dos salas circulares, coronadas por cúpulas semiesféricas que descansan sobre imponentes columnas de granito, se iluminan a través de lucernarios estratégicamente ubicados. La luz natural danzante y el silencio palpable invitan a la introspección, recordando el uso ancestral del agua como elemento purificador. Al igual que otros balnearios romanos de la época, como Bath o Baden bei Wien, Alange testimonia la habilidad de la civilización romana para integrar el cuidado del cuerpo en la planificación urbana, permitiendo que el vapor de sus aguas mineromedicinales se eleve como si la tierra misma respirara.
El resurgimiento del interés por el termalismo en los años setenta impulsó una nueva expansión de Alange. Se construyeron el hotel Carina Serena y el Gran Hotel Aqualange, ofreciendo a los visitantes no solo los beneficios terapéuticos de sus aguas, sino también la oportunidad de desconectar en un entorno natural privilegiado. Alange es mucho más que sus históricas piedras y sus aguas curativas. Su paisaje de suaves montañas, salpicado de olivares y miradores sobre el embalse, invita al senderismo y al descubrimiento de los restos de su castillo árabe.