La clave contra la obesidad: nuevo estudio para controlar el apetito

La clave contra la obesidad: esto es el enfoque para controlar el apetito. Un nuevo estudio revelador podría ayudar contra el problema.

Un reciente estudio publicado en Science por investigadores del Howard Hughes Medical Institute y la Universidad de California ha arrojado luz significativa sobre los mecanismos neuronales que subyacen al placer de comer, o alimentación hedónica.

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La clave contra la obesidad: nuevo estudio para controlar el apetito – noticias21.es

Esta conducta, impulsada por el sabor agradable de los alimentos más allá de la necesidad fisiológica, juega un papel crucial en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad. La investigación se centra en el papel específico de las neuronas dopaminérgicas del área tegmental ventral (VTA), denominadas VTADA, en la modulación de la fase de consumo durante la ingesta de alimentos placenteros.

Un estudio importante

El proceso de alimentación se divide en tres fases distintas: búsqueda, consumo y saciedad. Si bien la señalización del hambre y la saciedad ha sido extensamente estudiada, la fase de consumo, el periodo durante el cual se mantiene la acción de comer, había recibido relativamente menos atención. Los autores de este estudio abordaron esta laguna de conocimiento utilizando una técnica de optogenética calibrada, lo que les permitió activar o inhibir selectivamente las neuronas VTADA durante el acto de comer en ratones, evitando así las posibles confusiones derivadas de manipulaciones globales de la dopamina.

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Los experimentos revelaron una sincronización notable entre la actividad de las neuronas VTADA y la duración de la ingesta de alimentos palatables: cuanto más sabroso era el alimento, mayor era la actividad dopaminérgica observada. Además, el estado de hambre intensificaba aún más esta respuesta. La estimulación artificial de estas neuronas durante el consumo prolongaba significativamente el tiempo que los ratones dedicaban a comer, mientras que su inhibición resultaba en una disminución de la ingesta. Un hallazgo crucial fue que la activación de estas neuronas en ausencia de la acción de comer no inducía un aumento del apetito, lo que subraya la dependencia contextual de su efecto en la alimentación hedónica.

Investigaron también la interacción de este circuito con fármacos saciantes, utilizando semaglutida, un agonista del receptor GLP-1R aprobado para el tratamiento de la obesidad, el fármaco que reduce el apetito al activar las vías de saciedad. Tras la administración de semaglutida, se observó una disminución en la actividad de las neuronas VTADA durante el consumo de alimentos sabrosos, lo que se correlacionó con una reducción en la ingesta por parte de los ratones. Sin embargo, tras la pérdida de peso inducida por el tratamiento, la actividad dopaminérgica tendió a recuperarse, al igual que el consumo hedónico. Esta recuperación pudo ser revertida mediante la inhibición de las neuronas VTADA, lo que sugiere un mecanismo de resistencia potencial a los tratamientos basados en la saciedad.

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El estudio identificó además el papel de otra población neuronal, las neuronas glutamatérgicas del peri–locus ceruleus (periLCVGLUT2). Estas neuronas mostraron una inhibición durante la alimentación hedónica, particularmente en respuesta a alimentos altamente palatables. Aunque no parecen estar involucradas en el inicio de la búsqueda de comida, su inhibición durante el consumo contribuye a prolongar la ingesta al influir indirectamente en las neuronas VTADA. Las neuronas periLC envían señales a interneuronas inhibitorias (VTAVGAT), que a su vez regulan la actividad de las neuronas dopaminérgicas del VTA, creando un circuito complejo que amplifica el placer de comer.

Los hallazgos de esta investigación revelan un sistema de control del apetito basado en un delicado equilibrio entre el placer y la saciedad. Mientras que los fármacos como la semaglutida activan las vías de la saciedad, el circuito dopaminérgico identificado en este estudio actúa como un contrapeso, reforzando el consumo impulsado por el placer. Esta comprensión puede ayudar a explicar por qué algunos pacientes experimentan una recuperación del apetito por alimentos sabrosos después de un éxito inicial con agonistas del GLP-1R. Además, sugiere que las variaciones individuales en la capacidad de adaptación de este circuito podrían influir en la eficacia de los tratamientos contra la obesidad.

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