¿Habrá una pandemia en 2025? El fantasma de una nueva pandemia y las enfemedades que tiene en vilo a los científicos
La pandemia de COVID-19 dejó una huella imborrable en todos, generando una preocupación constante ante la posibilidad de nuevas enfermedades infecciosas. ¿Cómo podemos olvidar lo que pasó en 2020? 3 meses prácticamente cerrado en casa y muchos más con restricciones y distanciamiento social.
El Periodico escribió sobre la preocupación por la gripe aviar H5N1, que emerge como una amenaza latente que mantiene en alerta a los expertos en salud pública a nivel mundial.
Porqué este virus preocupa
Este virus, altamente contagioso entre aves, ha comenzado a dar señales de alarma al infectar a mamíferos como el ganado lechero y caballos. El reciente aumento de casos en humanos, principalmente trabajadores agrícolas expuestos a animales infectados, enciende las alarmas sobre la posibilidad de una transmisión más amplia.
Aunque la gripe aviar aún no se transmite eficientemente entre personas, su alta tasa de mortalidad en humanos (alrededor del 30%) y la posibilidad de mutaciones que faciliten la transmisión humana generan gran preocupación. Un estudio reciente reveló que una sola mutación genética podría convertir al H5N1 en un virus de fácil propagación entre humanos, desencadenando una potencial pandemia.
Los gobiernos y organismos internacionales han comenzado a tomar medidas preventivas. El Reino Unido, por ejemplo, ha adquirido millones de dosis de vacunas contra la gripe aviar como medida de preparación. Los centros de control de enfermedades de todo el mundo han elaborado planes de contingencia para responder a un posible brote pandémico.
Sin embargo, la amenaza de la gripe aviar no se limita a la salud humana. La propagación del virus entre animales podría tener graves consecuencias para el bienestar animal, la seguridad alimentaria y la economía global. Es crucial recordar que la salud humana, animal y ambiental están intrínsecamente conectadas. El concepto de “Una Salud” destaca la importancia de abordar las enfermedades desde una perspectiva integral, reconociendo la interdependencia de estos tres ámbitos.
No debemos descuidar las “pandemias lentas” que siguen afectando a millones de personas en todo el mundo, como la malaria, el VIH y la tuberculosis. Estos patógenos, junto con la amenaza de nuevas enfermedades emergentes, exigen una vigilancia constante y una respuesta global coordinada.
La preparación y la prevención son fundamentales para enfrentar los desafíos de salud pública del siglo XXI. La inversión en investigación, el fortalecimiento de los sistemas de salud y la promoción de la colaboración internacional son esenciales para proteger a la humanidad de futuras pandemias.
