Descubrimos quien son las únicas personas que pueden vestir de blanco ante el Papa. Una curiosa tradición
El Vaticano mantiene un protocolo estricto para las audiencias papales, especialmente en cuanto a la vestimenta femenina. Tradicionalmente, las mujeres deben vestir de negro, con traje o vestido de manga larga, sin escote y con una mantilla cubriendo la cabeza. Sin embargo, existe una excepción única: siete mujeres reales tienen el privilegio de vestir de blanco ante el Papa.

Este privilegio, conocido como el “Privilegio Blanco”, se otorga a reinas y princesas católicas de casas reales específicas. Entre ellas se encuentran la reina Sofía y la reina Letizia de España. El protocolo masculino es menos estricto; aunque antiguamente se requería frac, ahora basta con un traje oscuro. La reciente preocupación por la salud del Papa Francisco ha resaltado la importancia del protocolo vaticano, que regula todos los aspectos de la vida pública del pontífice.
Las 7 del “Privilegio del blanco”
En las audiencias papales, el protocolo dicta que las mujeres vistan de negro. Sin embargo, existe una excepción conocida como el “privilegio del blanco”, reservado para ciertas royals. Este privilegio permite a las reinas de países católicos vestir de blanco durante las audiencias con el Papa, un símbolo de su fidelidad a la Iglesia.

La primera en ejercer este privilegio fue la reina Victoria Eugenia de España en 1923, durante una audiencia con el Papa Pío XI. Actualmente, siete mujeres en todo el mundo disfrutan de este derecho. En España, la reina Letizia y la reina Sofía (emérita) pueden vestir de blanco. En Bélgica, las reinas Paola y Matilde también tienen este privilegio.
Además, la princesa Charlène de Mónaco y la gran duquesa María Teresa de Luxemburgo, aunque no son reinas, pueden vestir de blanco debido a su rol similar en sus respectivos países. Finalmente, Marina, princesa de Nápoles, también goza de este privilegio por su conexión con la nobleza católica.
Este privilegio es una muestra de la relación histórica entre el Vaticano y ciertas casas reales católicas, permitiéndoles destacar con un atuendo especial en presencia del Sumo Pontífice.