¿Por qué las mujeres viven más que los hombres? Una interesante investigación de New York Times lo explica
Es un hecho biológico ampliamente observado: las mujeres tienden a vivir más que los hombres. En Estados Unidos, por ejemplo, la esperanza de vida femenina ronda los 80 años, mientras que la masculina se sitúa en torno a los 75. Esta disparidad no es exclusiva de los humanos, sino se observa en la mayoría de los mamíferos. Pero, ¿cuáles son las razones detrás de esta diferencia?
Los científicos están desentrañando los misterios de la longevidad, y las investigaciones apuntan a una compleja interacción de factores genéticos, hormonales, de estilo de vida y sociales. Una investigación del periodico New York Times lo explica.
Los pilares de la longevidad femenina
Un creciente cuerpo de evidencia sugiere que la dotación genética femenina, con sus dos cromosomas X, juega un papel crucial. Estudios en ratones han demostrado que aquellos con dos cromosomas X tienden a vivir más, incluso si tienen órganos reproductores masculinos. Esta observación sugiere que el segundo cromosoma X podría contener elementos protectores que prolongan la vida.
Las hormonas sexuales, especialmente el estrógeno, también influyen en la longevidad. El estrógeno fortalece el sistema inmunológico femenino, haciéndolas más resistentes a infecciones y enfermedades. Antes de la menopausia, las mujeres suelen tener una respuesta inmunitaria más robusta que los hombres, lo que podría explicar su mayor resistencia a ciertas enfermedades.
Los hábitos y comportamientos también contribuyen a la brecha de la longevidad. Las mujeres tienden a adoptar estilos de vida más saludables, como fumar y beber en menor medida, y son más propensas a buscar atención médica preventiva. Además, las mujeres suelen tener redes sociales más amplias, lo que las protege de los efectos negativos del aislamiento y la soledad.
Factores sociales más amplios, como la exposición a la violencia y los conflictos armados, también afectan de manera desproporcionada a los hombres. Durante la pandemia de COVID-19, por ejemplo, los hombres tuvieron tasas de mortalidad más altas debido a su mayor exposición a trabajos de riesgo y a condiciones de vida precarias.
Comprender las razones detrás de la longevidad femenina no solo es un ejercicio académico; tiene implicaciones prácticas para la salud y el bienestar de ambos sexos. Al identificar los factores que contribuyen a una vida más larga y saludable, los científicos esperan desarrollar intervenciones que beneficien tanto a hombres como a mujeres.
