La inteligencia artificial de Google resuelve un misterio científico de 10 años en 48 horas. La noticia apareció en toda la web
El sistema de IA, llamado “cocientífico”, forma parte de los desarrollos de IA de Google y está diseñado para generar hipótesis científicas de manera autónoma. Aunque no puede realizar experimentos, su capacidad para procesar datos y proponer teorías en cuestión de días podría transformar la forma en que se llevan a cabo las investigaciones biomédicas.

El profesor José Penadés y su equipo en el Imperial College de Londres llevaban años estudiando cómo ciertas bacterias pueden acumular ADN de otros microorganismos y volverse más resistentes a los antibióticos. Este proceso, clave en la resistencia a los antimicrobianos (RAM), se considera una de las principales amenazas para la salud global, con proyecciones de causar millones de muertes al año para 2050.
Después de años de trabajo, los investigadores lograron demostrar experimentalmente cómo las bacterias podían intercambiar material genético a través de cápsides, estructuras virales que transportan ADN. Tras finalizar su estudio, el equipo de Imperial College decidió probar el cocientífico de Google para evaluar su capacidad. Introdujeron un par de oraciones describiendo el problema y esperaron su respuesta.
Reacciones y perspectivas
En solo dos días, la inteligencia artificial generó su propia hipótesis sobre el fenómeno. Para sorpresa de los investigadores, su propuesta era exactamente la misma que ellos habían demostrado experimentalmente tras una década de trabajo. A pesar de la velocidad y precisión de la IA, los científicos subrayaron que aún se necesitan experimentos para validar cualquier hipótesis. Sin embargo, su uso podría evitar años de trabajo fallido en los laboratorios.

El impacto del cocientífico generó reacciones encontradas entre los investigadores. Desde Google, el Dr. Alan Karthikesalingam, portavoz de la compañía, destacó el potencial de la IA en la investigación biomédica: “Pretende ser una herramienta de colaboración útil para los investigadores biomédicos y acelerar sus descubrimientos científicos”.
Además de la colaboración con el Imperial College, Google también probó la IA con investigadores de la Universidad de Stanford y el Instituto Metodista de Houston. En estos ensayos, la inteligencia artificial identificó posibles nuevos tratamientos para enfermedades, como la fibrosis hepática. El cocientífico de Google también mostró potencial en la investigación de nuevos medicamentos. En una de sus pruebas, sugirió que el fármaco Vorinostat, actualmente utilizado para tratar el cáncer de células inmunes, podría ser útil contra la fibrosis hepática.
Si bien aún es necesario realizar ensayos clínicos para confirmar esta hipótesis, el sistema demuestra cómo la IA puede acelerar el proceso de descubrimiento de tratamientos. Además, la IA proporcionó explicaciones para misterios científicos no resueltos, incluyendo un enigma biológico que ha desconcertado a los investigadores durante 70 años.